Sensaciones:




Tarde habitual de calima,
propia del Augusto Cesar.
Al levante lejanas nubes.
Al atardecer,
una suave brisa,
anunciaba algun presagio.



Todo ocurrió en instantes...
el cielo clamó rugido,
y ennegreció el semblante...
atronadora ventisca...
el alma se encogía,
y la naturaleza arrasaba por doquier.
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3 comentarios:

Conciencia Personal dijo...

Camino en tus letras, hace meses que no venía a ti, un placer volver a leerte... un abrazo, Monique.

Ana Tapadas dijo...

Belas fotos, cheias do sentido das tuas palavras.
bj

Pakous dijo...

Queridas Monique y Ana es como siempre lindo el placer de teneros cerca.
Besos.