La pesca y los hombres del mar en estas aguas bravas.
Auténticas piscinas robadas al mar eran el precio de la ausencia de arena.
A pesar de no poder visitar la zona de castros por no ser periodo de excavaciones, la vista del litoral era imponente.
En los alrededores de Cabo Blanco nos encontramos con el Palacio de Fonfría, algo así como un palacio castillo que me recordaba la "Casa Pairal", donde residían los "señores" de la época.
Curiosas las playas de piedra... el rugido tras retirarse las olas era espectacular.
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